Seguro que has oído la expresión “no es lo que dices, sino cómo lo dices”. Una parte fundamental de lo que transmitimos a los demás está en nuestro lenguaje corporal. Dominar nuestro lenguaje corporal y coordinarlo con nuestra habilidad para hablar y para escuchar es una garantía de éxito en nuestra vida personal y profesional porque da credibilidad a lo que hacemos o pretendemos. Tal vez estés pensando que cómo se hace eso. Por suerte todo se puede aprender. Aquí te dejo un puñado de consejos que podrás seguir:
a) No crees barreras físicas: en muchas ocasiones de manera natural tendemos a cruzar los brazos o las piernas en presencia de otras personas. La impresión que das en estos casos es que estás a la defensiva, a disgusto o disconforme con lo que se está diciendo. Vigila en todo momento la postura que adoptas y sé consciente de lo que significa.
b) Observa: presta atención al lenguaje corporal de los demás. Éste te dará pistas sobre sus pensamientos, opiniones e intenciones lo que te ayudará a sacar el máximo rendimiento al encuentro.
c) Imita el lenguaje corporal de los demás: cuando estamos realmente cómodos con alguien inconscientemente tendemos a imitar su lenguaje corporal adoptando la misma postura, el mismo tono, los mismos gestos, etc. Esa “imitación” ayuda a que se sientan más cómodos con nosotros. Ahora que lo sabes puedes imitar conscientemente a los demás. Si lo haces de una manera fluida y natural tendrá el mismo resultado positivo.
d) Mantén el contacto visual: mira a la persona con la que hablas. Si son varios reparte tu tiempo mirando a cada una para que todos se sientan partícipes. Si son muchos divide la zona en secciones y mira a todas en algún momento.
e) Mide el apretón de manos: muchas personas analizan cómo somos por el apretón de manos que demos. Eso no significa que tengamos que romper la mano a alguien. Un buen apretón de manos es equilibrado. La mano tiene que estar seca, recta, abierta, y tiene que estrecharse ni fuerte ni suave. Cuídate de cosas como apretar muy fuerte, estrechar la mano con ambas manos, hacerlo desde un ángulo elevado o con la mano inclinada. Todos estos gestos son interpretados como muestras de poder y no suelen ser bien recibidas.
Fonte Info-derecho.com